Mariela es Ingeniera en Sistemas de Información de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN). Fue directora de ARIU y se desempeñó como capacitadora técnica e ingeniera de redes en RETINA, donde contribuyó a consolidar el despliegue de IPv6 en la red nacional. Es co-autora de los libros “IPv6 para Todos” e “IPv6 para operadores de Red”, ambos impulsados por Internet Society. En la actualidad, se encuentra trabajando de forma independiente, es coordinadora de los proyectos de tecnológicos en NIC Argentina y forma parte del comité de evaluación de FLIP6 - Foro Latinoamericano de IPv6 desde el año 2011.
Participás en el despliegue del protocolo IPv6 a nivel regional. ¿Por qué es importante implementar este nuevo protocolo? ¿Cuál es el mayor desafío del proyecto?
La importancia de la implementación de IPv6 (IP versión 6) radica en el agotamiento de las direcciones IPv4 (IP versión 4). Las direcciones IP, independientemente de la versión que sean, son identificadores numéricos únicos para cada dispositivo que se conecta a Internet. Se trata de un concepto similar al de los números de teléfono en una red telefónica convencional, los cuales son únicos (considerándolos con sus prefijos) y sirven para identificar con quién queremos comunicarnos. Las direcciones IPv4 son las que se utilizan desde los comienzos de Internet, y el total de éstas es de más de 4.000 millones de direcciones. No obstante, el éxito inesperado de la red ha hecho que estas direcciones se agoten, y entonces una nueva versión del protocolo IP pase a utilizarse para seguir numerando dispositivos en la red. Esa versión es IPv6. El mayor desafío de la implementación de esta nueva versión es la concientización de la comunidad técnica y de los decisores de IT, ya que no transitar hacia IPv6 atenta contra el crecimiento de Internet y la innovación tecnológica.
¿Qué aspectos positivos tiene ser parte de la implementación de IPv6?
El aspecto positivo de ser parte de este proyecto como comunidad técnica es favorecer el desarrollo de Internet, al menos en la región de América Latina y el Caribe. Contribuir para que Internet sea la red por la que hemos trabajado durante todos estos años: una fuente inagotable de servicios e innovación.
¿Cuál es tu rol o función en NIC Argentina? ¿En qué proyectos estás trabajando?
En NIC Argentina me desempeño como Coordinadora de los Proyectos de Tecnología. En la actualidad, me encuentro trabajando de forma colaborativa junto con organismos de gobierno y otras entidades de la comunidad de Internet en el despliegue del IPv6 a nivel nacional y regional. Además, junto con CABASE y la ARIU estamos trabajando en la red Anycast que busca robustecer el DNS. Logramos implementar distintos servidores en distintos puntos geográficos del país y la idea es expandir la red. A su vez, con el objetivo de asegurar la autenticidad de las respuestas del DNS, queremos implementar la firma de DNSSec en los dominios de segundo nivel (.com.ar, .net.ar, etc.) ya que hoy solo está firmada la zona '.ar' y en brindar la posibilidad de delegación de esta tecnología a usuarios finales.
En relación a tu participación en diversos espacios de debate, foros y encuentros vinculados a Gobernanza de Internet y Tecnología, ¿notas que hay más mujeres que participan activamente formando parte de paneles de discusión, como mediadoras, integrando los comités de organización?
Noto que la participación de las mujeres es menor a la de los hombres pero que, en los ambientes de Gobernanza de Internet y Tecnología, desde hace varios años se viene trabajando mucho para fomentar la participación femenina, y que de hecho ese esfuerzo ha dado buenos resultados. El ambiente tecnológico no es naturalmente un espacio que las mujeres busquen cubrir. Quizás sea una cuestión cultural, pero desde chicas la mayoría de nosotras piensa en otras actividades. En mi caso, dedicarme a la tecnología no fue algo que planifiqué, sino puertas que se me fueron abriendo, en un entorno más masculino que femenino. Estuvo en mí no desaprovecharlas.
¿Por qué creés que existe un índice muy bajo de mujeres que ocupan roles jerárquicos en el ámbito empresarial, académico y técnico? ¿Son distintos los factores que se ponen en juego en estos espacios? ¿Cómo creés que las mujeres podrían tener más participación?
Todas estas preguntas llevan a una misma respuesta. Creo que hay muchos factores que inciden. Sin embargo, uno de ellos es el que da sentido a que los otros existan: el factor cultural. Está concebido que la mujer es la que enfrenta la maternidad, que se debe quedar con su hijo en casa si éste está enfermo, que se jubila más joven, y por sobre todo que si tiene una familia entonces hay otra persona, el hombre de la familia, que debe aportar más en materia económica. Todos esos factores juntos hacen que, al decidir entre una mujer y un hombre a la hora de dar un empleo, la balanza no pese igual a ambos lados. Ante igualdad de condiciones: mismas aptitudes, formación y capacidades, ¿para qué correr el riesgo de una licencia por maternidad? Quizás lo que estemos necesitando son cambios culturales para que en una comunidad técnica, los trabajos full time, o que requieren respuestas en tiempo real, no sea cosa de hombres, sino de personas.
¿Al momento de asumir tu rol como directora de la ARIU, costó que tomen en cuenta tus ideas?
No fue algo que haya percibido al asumir mi rol, de hecho yo pude exponer mis ideas sin mayores inconvenientes. Sin embargo, cuando hago una mirada retrospectiva, puedo advertir situaciones no muy favorables, que se dieron por el hecho de ser mujer o que hubieran podido haber tomado otro rumbo si quien las presentaba era un hombre. Creo que en mi caso, nunca me detuve a pensar que el género podía ser un impedimento, y por eso siempre avancé. Quizás, si hubiera estado en mi mente la posibilidad de que ser mujer fuera una limitante, lo hubiera notado y habría reaccionado de una forma diferente. Con esto quiero decir que el cambio, para que no exista la diferencia de géneros, también tiene que ver con nosotras.