Carolina Martínez Elebi es Licenciada en Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Buenos Aires donde se desempeña desde 2011 como docente ad honorem en la materia Introducción a la Telemática, Informática y Taller de Procesamiento de Datos, en la cátedra a cargo del Dr. Martín Becerra. Es una apasionada de los debates sobre tecnología desde una mirada de los derechos humanos, de allí surge su proyecto personal DHyTecno.
A Carolina le gustó la tecnología desde que era chica. A los seis años tuvo una computadora y jugaba a romperla, a tocar botones y resetearla. Ya entrando en lo que fue un interés más profesional, por el año 2005, comenzó a leer notas sobre software libre, entre otras temáticas, que ya estaban relacionadas a una posición política dentro del mundo tech.
Su primer acercamiento al área en la que se desempeña fue en el año 2009 al cursar la materia de la cual hoy es docente. Los contenidos estaban planteados desde una mirada política y también desde la economía política de las tecnologías. En la misma, nos cuenta, se busca comprender los procesos que hay detrás de aquellas tecnologías que nos atraviesan: desde estructuras económicas del mercado, cuestiones regulatorias, cómo se vuelca también en nuestras propias prácticas, nuestro vínculo con la cultura, con otras personas, cómo esto repercute en derechos de otras personas en cuanto a la salud, a la educación, entre otros temas.
“Yo tuve Internet con conexión Dial up y era la ilusión de que Internet venía a garantizar la posibilidad de expresarse libremente. Comunicarse con cualquier persona de cualquier lugar y de poder acceder a los bienes culturales del mundo, idea de apertura de web abierta y libre”.
Su interés por temas relacionados a los derechos humanos viene de la mano de su familia. Su papá abogado y su mamá arquitecta, conversaron siempre muy activamente de política en su casa. “Nací en el ‘85 y mis viejos me hablaban un montón sobre el nacimiento de la democracia”.
Sus estudios secundarios en la Escuela Normal Antonio Mentruyt de Banfield - ENAM- la impulsaron a participar activamente del centro de estudiantes desde los 14 años: “es una escuela grande, con una militancia del centro de estudiantes bastante activa. Tiene lo que se conoce como la división perdida, por la cantidad de estudiantes víctimas de la última dictadura. El 24 de marzo y el 16 de septiembre eran actos organizados por el centro”.
Allí impulsó el periódico escolar, anticipándose muchos años y sin planearlo, a lo que serían las actuales redes sociales como las conocemos: “todos se re coparon, uno escribió sobre los partidos de fútbol que se jugaban los fines de semana en la canchita de la escuela, otro cubrió un recital de Los Redondos y teníamos una cartelera donde poníamos cosas más chiquitas, si te gustaba alguien podías escribirle un mensaje ahí, era la red social del colegio”.
En el año 2015 comenzó a trabajar en la redacción de la Revista Fibra y esto le dió la posibilidad de abordar temáticas vinculadas a derechos humanos, como involucrarse en las discusiones sobre la ley de comunicaciones convergentes y otros temas de agenda: “Fui viendo que Internet es la arena donde se puede luchar por distintas cosas y hay sectores de mucho poder que presionan para que sea un espacio donde puedan lucrar y por supuesto avanzar en acumulación de poder. Y en el medio estamos los que pensamos que hay un montón de cosas que tenemos que defender que son valiosas y necesarias“.
“Esa acumulación de dinero y poder es a costa de que otras personas no tengan un montón de derechos garantizados. Está super desequilibrada la balanza”.
Difundir tecnología
Con el fin de compartir información sobre el impacto económico, social y cultural de las tecnologías de la información y la comunicación en la vida de las personas -desde un enfoque de los Derechos Humanos-, en el año 2017 abrió su canal de Telegram DHyTecno.
Caro nos cuenta que desde allí comparte sus notas ofreciendo la información sin tecnicismos para poder interpelar a un público mucho más amplio: “Suele pasar mucho con economía, con el derecho también, muchas veces el objetivo es que no lo comprenda la mayoría de las personas. Ahí está el oficio de docente que uno tiene, no todos comprenden de la misma forma, pero hay maneras de transmitirlo”.
Actualmente su canal DHyTecno cuenta con más de 1200 suscriptores y de poco se transformó en grupo de discusión, debate y comunidad, en el que todos y todas comparten información y reflexionan sobre los distintos temas propuestos en el canal. Carolina apuesta a esta dinámica colaborativa: “La lógica de los foros, de solidaridad, de los grupos en comunidad, del laburo en red, así es como creo que debería funcionar Internet”.
Luego, durante el 2020, atravesada por la pandemia y sumado el rol de madre, decidió iniciar su newsletter. Con cada envío mensual comenzó a recibir muchos comentarios de personas dispuestas a colaborar con los artículos y de allí surgió la idea de llevar DHyTecno a su propio sitio web, que se lanzó en noviembre de 2021.
“La lógica de los foros, de solidaridad, de los grupos en comunidad, del laburo en red, así es cómo creo que debería funcionar Internet”
Con la mirada en la enseñanza del futuro
En el año 2020 fue convocada por Sofia Scasserra para integrar un equipo de trabajo junto con el Lic. Leonardo Fabian Sai y el Dr. Juan Manuel Ottaviano que consiste en un Observatorio de Impactos Sociales de la Inteligencia Artificial -OISIA- de la Universidad de Tres de Febrero -UNTREF-. Dentro de los proyectos que llevarán a cabo, se encuentra una diplomatura que durará un año sobre “Inteligencia Artificial y Sociedad” y cuenta con un equipo docente multidisciplinario compuesto desde filósofos hasta abogados.
Caro nos contó que su función dentro del observatorio es ayudar a entender temas relacionados con la IA, con ejemplos concretos de donde se están aplicando técnicas de machine learning o de deep learning en cuestiones culturales e institucionales: "La idea es entender desde la filosofía propia que sería una IA, ¿es inteligencia o no? Se habla de capacidad de procesamiento y almacenamiento, pero ¿qué es inteligente? Atraviesa todo un arco desde cuestiones técnicas para comprender efectivamente cómo funciona desde la programación, desde el diseño de un sistema, desde la confección de una base datos”.
Impulsar este tipo de proyectos es importante para Caro ya que considera que ayuda a comprender los procesos económicos que hay detrás de la transferencia de los datos, el valor que tienen para el estado, para la ciudadanía y los derechos que involucra. De ahí la idea de que el Observatorio esté compuesto por un grupo interdisciplinario en donde puedan definir determinados temas de investigación y abordarlos desde todas las aristas.
Marcar presencia
Carolina nos cuenta que, si bien a lo largo de su carrera sintió que en general se le reconocía su trabajo, en los ámbitos en los que participó como periodista es necesario hacerse un lugar propio: “Tenés que ir con los codos más firmes. Yo no soy consciente que este nivel de autoexigencia que manejo, que tiene que ver con mis propias expectativas sobre mi misma, es tan alto a veces que está a la altura de lo que del otro lado están esperando”.
Si bien siempre se desenvolvió en “espacios de varones” y nunca tuvo mayores inconvenientes con sus colegas, Carolina recuerda que si alguna vez tuvo que atravesar un conflicto fue en un puesto jerárquico: “Recibí comentarios muy negativos de los varones, solapados bajo chistes: en medio de la reunión reírse, mirar para otro lado, desautorizarme, levantarse e irse cuando yo todavía estaba hablando. Ese tipo de cosas tuve que trabajarlas mucho, hablarlo con mis superiores y pedir ayuda porque yo sentía que era esto de la falta de respeto”.
Aunque se considera una mujer de carácter fuerte y que suele decir lo que piensa, Caro siente que no siempre esa cualidad resulta favorable en todos los ambientes pero que fue esa característica de su personalidad lo que la ayudó en estos ámbitos.
