Oscar es abogado de la Universidad Nacional de Córdoba y posee un Máster de la Universidad de Maastricht - LLM, Derecho Internacional y estudios jurídicos internacionales. Actualmente se desempeña dentro del Ministerio de Modernización como Subsecretario de Regulación de la Secretaría de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones.
Durante IGF Argentina 2017, en la mesa redonda “Debatiendo la Convergencia”, entre otros temas, mencionaron la necesidad de continuar trabajando sobre la idea de que el usuario dejó de ser pasivo para ser activo. ¿Qué costos y beneficios tiene este cambio?
En esta nueva etapa de convergencia y postconvergencia nosotros hablamos de colocar en el centro de las decisiones regulatorias al usuario, es decir, al consumidor, brindándole todas las herramientas disponibles que nos ofrece la tecnología y garantizándole una libertad total no sólo de expresión, sino también para seleccionar los contenidos y servicios que quiera utilizar. Creemos que esto sólo genera beneficios. Nosotros pasamos de un esquema donde los prestadores o el Estado definían a qué servicios y contenidos podía acceder el ciudadano a un nuevo paradigma donde es éste el que lo decide. Nuestra tarea, fundamentalmente, debería o debe ser la de garantizar y generar la mayor cantidad de opciones posibles para el consumidor.
Mencionaste, además, que “los dirigentes estaban en deuda”. ¿A qué te referís con esa afirmación?
Sí, hay una deuda que como país tenemos en materia de convergencia. La convergencia no es un tema nuevo sino que lleva en la región y en el mundo más de una década, y por distintas circunstancias o por decisiones, en mi opinión equivocadas, hemos demorado ese proceso. Como consecuencia de esta demora del proceso de convergencia, se asocia una mala calidad de los servicios de acceso a Internet, sobre todo, los de banda ancha. Al no haber incentivos y competencias en un marco de convergencia, los prestadores no han tenido la necesidad, muchas veces, de desarrollar redes de mayor calidad. Hoy, en un escenario de economía digital, la falta de acceso o la mala calidad de acceso de banda ancha a Internet, también trae algunas limitaciones para el consumidor y para los ciudadanos. Por eso yo hablo de la “deuda” y del desafío que tenemos de actualizar nuestro marco regulatorio para posibilitar una convergencia plena.
¿Y hay algún avance legislativo?
Hemos trabajado mucho desde el inicio del gobierno. El Presidente Macri ha dictado algunos decretos, que fijan un camino para avanzar en la convergencia tomando en cuenta el conjunto de intereses y de realidades económicas que tiene nuestro mercado, donde no sólo hay grandes empresas, sino también hay pequeños emprendedores, pymes, cooperativas del ámbito local o regionales que también son parte de nuestra realidad. Lo que hemos tratado de hacer es contemplar todas estas realidades para que todos tengan la posibilidad de desarrollarse exitosamente en el marco de la convergencia.
Por último, ¿qué te pareció la participación del público durante esta edición de IGF Argentina?
A partir del primer día, desde el sector gobierno, tomamos la decisión de participar de todos los foros de discusión. Creemos en la necesidad de generar marcos regulatorios que tengan legitimidad en donde todos puedan involucrarse. No sólo participamos de foros como el IGF nacional que de hecho comenzó a realizarse en la Argentina con la llegada de nuestro gobierno, sino también en todas las propuestas regulatorias que hemos impulsado. Todas se han realizado con procesos de consulta pública previo al dictado de los actos administrativos correspondientes. Para nosotros la participación es, no solamente una necesidad sino casi una obligación: escuchar todas las opiniones y, por supuesto, que finalmente el Estado tome las decisiones garantizando la interculturalidad y el interés colectivo.
Entonces, ¿considerás que las personas responden positivamente a la iniciativa?
Sí, el IGF Argentina es un foro multisectorial y está concebido de esa manera. En Argentina no había un espacio para llevar adelante este tipo de discusiones, fundamentalmente, porque el Estado no tenía esta posición de sentarse en igualdad de condiciones con los demás sectores. Nosotros modificamos esa decisión y, no solamente participamos, sino que tratamos de fomentar y de potenciar estos encuentros no sólo de IGF, sino todos los eventos de esta naturaleza que le permitan a todos los sectores expresar su opinión en un marco de diversidad y respeto.
