Sebastián Bellagamba es el Director Regional para América Latina y el Caribe de Internet Society. Fue Presidente de la Cámara Argentina de Internet (CABASE), formó parte del Comité Fiscal de LACNIC, fue Presidente del Capítulo Argentina de Internet Society y del Grupo de Trabajo en IPv6 de Argentina. También fue miembro del Consejo de la Organización de Apoyo de Direcciones (ASO) de ICANN, siendo Chairman en 2006 y 2007.
¿Qué desafíos tenemos pendientes en la región en cuanto al desarrollo de redes comunitarias?
Considero que hay dos grandes temas respecto a las redes comunitarias. La primera es que, para que puedan existir, necesitan un entorno habilitante desde el punto de vista político-regulatorio con lo cual, las licencias de operadores que necesita una red comunitaria no deberían ser la mismas que las que tiene un gran operador. La segunda tiene que ver con la creación de capacidades. En las redes comunitarias tiende a suceder que sea la misma comunidad la que las despliegue y opere, y para eso tenemos que crear las capacidades dentro de esas comunidades.
¿Cómo podemos lograr que los nuevos paradigmas tecnológicos como Internet de las Cosas no hereden los problemas de seguridad y privacidad que afectan al funcionamiento actual de Internet?
Me parece que hay que tener siempre en claro que si bien hay problemas de seguridad y privacidad, los beneficios que nos trae Internet todavía están por arriba y sobrepasan estos problemas. Algunos de estos tienen que ver con el origen de la red que no fue diseñada para ser lo que es hoy, entonces si es una “red de amigos” como fue diseñada originalmente, los problemas de privacidad y seguridad pasan a ser otros, porque si es entre nosotros, “¿qué problema tengo?”. Con Internet de las Cosas, por ejemplo, tenemos la oportunidad de saber que va a ser un despliegue universal en lugar de una red cerrada de amigos, lo que nos da la oportunidad de pensar las cosas de manera distinta, como ser en modelos de colaboración, de intercambio de información, de interoperabilidad de Internet de las Cosas y, sobre todo, pensar en la concientización de los usuarios porque sucede que muchas veces el problema está en que no saben cómo cambiar su contraseña o ni siquiera saben que tienen que hacerlo y esto deriva en problemas de seguridad que son muy fácilmente evitables. Es necesario crear conciencia en los usuarios de cómo utilizar correctamente los dispositivos que van a conectar a Internet.
¿Cómo funciona el concepto de confianza por diseño?
Tiene que ver exactamente con esto que te decía, es diseñar un dispositivo para que sea confiable. Esto está relacionado con la historia de Internet: después de diseñarlo intentamos darle confianza pero no estaba en el diseño original. Hay un concepto más viejo, seguridad por diseño, que plantea el diseño de las cosas con el concepto de seguridad puesta en mente desde el momento de su configuración. Nosotros le agregamos el tema de la confianza por diseño, es decir, que en el momento en el que se diseñen las cosas que se van a conectar a Internet, la confianza debe ser tenida en cuenta en el proceso de diseño.
Mediante diferentes encuentros, reuniones y foros se facilita la discusión de las problemáticas y beneficios de las nuevas tecnologías entre los desarrolladores, manufacturadores o gobierno, pero, ¿cómo se genera conciencia en el usuario?
Creo que es una cuestión de hacer campaña para eso. Hay que tener en cuenta la masividad del despliegue de Internet de las Cosas. Vamos a llegar a usuarios nuevos que no tienen las capacidades técnicas, con lo cual es importante trabajar en educarlos. Por otra parte, están los productores de las cosas. Todos los problemas que vimos hasta ahora con cosas conectadas a Internet en general están relacionados a la red, están desarrolladas por empresas que algo tienen que ver con Internet.
Ahora, por ejemplo, el señor fabricante de lavarropas no sabe de ingeniería de red. Cuando vayan a poner un chip para conectar el lavarropas a Internet, el campo de conocimiento intrínseco del fabricante no tiene nada que ver con la ingeniería de red en el caso del lavarropas, entonces ahí vamos a tener un problema mayor todavía. Tenemos que trabajar con las dos puntas: el usuario para que lo use correctamente y el fabricante para que lo fabrique correctamente.
Entendiendo que es una preocupación que afecta a toda la comunidad, ¿de qué manera es posible empoderar al usuario final sobre el tratamiento de sus datos frente a estas nuevas tecnologías?
Me parece que hay que entender claramente cuál es el rol de los datos en todo esto, cuán personales son estos datos. Tiene que ver con clarificar ciertos discursos, hay cosas que son demasiados tremendistas en cuanto al uso de los datos -porque en general es verdad que hoy las grandes empresas conocen muchísimo de nosotros- pero en realidad, los datos que se transfieren a terceros o se utilizan son datos que están anonimizados. Es mucho más importante para las empresas desde el punto de vista de marketing, conocer el género, la edad, la nacionalidad de las personas que sus nombres. Hay que disociar los datos personales de los datos en general.
Lo segundo es que hay que tener es conciencia que cuando usamos este tipo de servicios lo que estamos entregando nosotros son precisamente datos y, en general, estos servicios no nos están cobrando. La moneda de pago que le estamos dando son datos. Entonces hay que tener en claro que hay un trade off y conocer cuáles son los términos del intercambio para tomar la decisión de si nos conviene o no. Por ejemplo, las condiciones para entrar a Facebook es que ellos van a usar tus datos y estos son anonimizados para hacer acciones de marketing y, mientras tanto, te dan un montón de servicios.
Lo tercero es que hay que entender estas cosas. Generalmente, los términos y condiciones de uso de todos estos servicios son muy difíciles de entender; deberían ser más claros y transparentes para que el usuario pueda tomar la decisión racional.
En este sentido, ¿cuál es el aporte que puede realizar la comunidad multisectorial?
Precisamente es necesario contar con la mayor cantidad de información posible y ponernos de acuerdo en cuáles son los marcos en los que debemos movernos para que los usuarios puedan tomar decisiones lo más racionales posibles. Deberíamos generar entre todos el marco en el cual todos nos movamos a gusto en este intercambio y que estemos todos de acuerdo.