Cada dispositivo que se conecta a Internet, necesita de un valor numérico único que lo identifique en la gran red de redes, análogamente a lo que sucede con los teléfonos en una red de telefonía convencional. Estos números denominados direcciones IP distinguen entre sí a computadoras, móviles, cámaras, televisores, servidores, y otros dispositivos que se conectan e intercambian información entre sí. Poseen un formato particular que puede ser 4 grupos de números decimales separados por puntos para IPv4, por ejemplo 203.0.113.17,u 8 grupos de números hexadecimales separados por “:” para IPv6, por ejemplo 2001:db8:0:7f:0:0:53:29.
En cualquiera de los casos, resulta inviable que cuando un usuario desee conectarse a Internet tenga que recordar cada número que identifica a un nombre de servidor para acceder a una página web, enviar un correo electrónico o cualquier otro servicio. Por eso, así como para identificar a cada persona, empresa o razón social con la que deseamos comunicarnos telefónicamente utilizamos una agenda telefónica, en Internet existe un sistema para asociar cada dirección IP a los nombres que conocen los usuarios. Continuando con la analogía de la red telefónica, serían equivalentes a los que tendríamos en nuestra agenda de teléfonos. En este caso serían por ejemplo: www.unam.edu.ar, www.google.com o www.nic.ar.
En pocas palabras, en Internet existe un sistema que permite asociar cada número que identifica a los dispositivos conectados a la red con un nombre que sea más fácil de recordar. Este sistema se denomina: Sistema de Nombres de Dominio o DNS por su sigla en inglés.
Remontándonos en la historia, desde la década del '70, se mantenía una lista de nombres de equipos conocidos con sus direcciones numéricas en un archivo llamado HOSTS.TXT que se distribuía periódicamente entre todos los equipos conectados a la red. Luego, en la década del '80 la cantidad de equipos creció de un par de centenares a decenas de miles lo que generó que mantener y distribuir la lista de nombres y evitar las colisiones, es decir, los nombres repetidos, fuera completamente imposible.
Por eso, en 1983 Paul Mockapetris creó el Sistema de Nombres de Dominio. Éste crea una jerarquía de nombres con un origen único - la raíz - y múltiples ramas que, a su vez, se subdividen en otras ramas, permitiendo un esquema de administración de nombres de manera distribuida y administrada también de manera distribuida.
La administración de cada rama, denominada zona, se hace de manera independiente a las otras ramas. Para evitar nombres repetidos, se expresa el nombre del dispositivo completo con todo el camino hasta la raíz, análogamente a los números de teléfonos cuando se los considera “completos”, o sea, con número de prefijo según el país y la ciudad donde se encuentre. Por ejemplo, puede haber un diario “El País” en Uruguay con el nombre elpais.uy y otro en España con el nombre elpais.es.
El administrador de una rama puede crear otras ramas por debajo de la suya y, si lo desea, delegar la administración de cada rama a otra organización. Por ejemplo, '.ar' lo administra NIC Argentina y '.edu.ar', la ARIU.
Cabe señalar que la raíz no tiene nombre y se la puede identificar con un punto “.”. La administración de ésta es responsabilidad de ICANN y sólo se utiliza para delegar la administración de las primeras ramas en los llamados Nombres de Dominio de Nivel Superior (Top Level Domains o TLDs). Los TLDs se dividen en dos tipos: genéricos(gTLD) de tres o más letras y “de código de país” o geográficos (ccTLD). Actualmente, a nivel global, existen más de 200 ccTLDs y alrededor de 1200 gTLDs.
En síntesis, el DNS a través de este sistema jerárquico permite que al ingresar un nombre de dominio en el buscador de nuestro navegador demos exitosamente con el sitio correspondiente, podamos enviar un correo electrónico o hacer uso de cualquier otro servicio en la red. Por eso su desempeño es clave para que Internet funcione y por ello es considerada una infraestructura crítica.